El Castigador se beneficia de la resistencia y agilidad del diseño Cerastus y su armamento le convierte en una fuerza polivalente capaz de enfrentarse a cualquier objetivo. Especializado en la aniquilación de toda clase de infantería, desde interminables hordas a los guerreros de élite más poderosos, este modelo deja vía libre a sus compañeros para ocuparse de los blindados, si bien es muy capaz de abatirlos él mismo si los alcanza en cuerpo a cuerpo.
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El Castigador en la página oficial de Forge World
Reglas 9ª Edición
Las reglas para jugar un Caballero Cerastus Castigador están en el libro Imperial Armour Compendium.
En el juego
El Castigador está equipado de base con un Cañón Bólter Castigador, una Espada de Tempestad, Pies Titánicos y un Escudo Iónico.
El Castigador cumple un propósito similar al Guardián sobre el campo de batalla. El Cañón Bólter Castigador es una doble ametralladora rotante cuya cadencia de fuego supera incluso a los más reverenciados diseños de Cañón Gatling Vengador, confiriendo a este Caballero la capacidad de arrasar con la infantería enemiga a una escala que casi ninguno de sus congéneres puede igualar. Resulta especialmente útil contra objetivos con muchas Heridas o difíciles de impactar, como las Aeronaves. La dominante altura del modelo Cerastus le permite localizar a sus objetivos más fácilmente que los modelos Questoris, lo cual le convierte en una eficaz fuerza de choque contra unidades numerosas o como cazador de monstruos, sobrepasando las defensas que el oponente disponga contra su avance.
En cuerpo a cuerpo el Castigador emplea un instrumento especializado capaz de desatar verdaderas tormentas de destrucción. Con el armamento de disparo del Castigador diseñado contra unidades numerosas, su Espada de Tempestad es el complemento perfecto para diezmar vehículos y monstruos enemigos ya sean solitarios o en escuadrones. Este Caballero confía en su elevado número de Ataques para infligir un daño mucho más constante y fiable de lo que es capaz con sus pisotones contra infantería pesada, desatando un estallido de muerte relampagueante a su alrededor. Todo ello le convierte en un guerrero capaz de lidiar con toda la infantería del ejército enemigo por sí solo, dejando a sus aliados total libertad para oponerse a sus blindados, si es que él no los alcanza primero al asalto.
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