El llamado Torneo de Invierno de Córdoba tuvo lugar el pasado domingo 27 de Enero, bajo el techo y sobre las mesas de Estalia y con la dirección de Kike, quien para esta ocasión eligió tres de las nuevas misiones aparecidas en el suplemento Chapter Approved 2018.
Ya hablamos de estas nuevas misiones en este artículo y de cómo pueden influir en los Caballeros Imperiales, así que quise comprobarlo de primera mano. Por introducir algo de variedad, esta vez utilicé un solo Caballero junto a mis marines espaciales pensando en la inclusión de unidades más variadas para probar cuantas más facetas mejor de estas partidas.
En lo que se está volviendo una costumbre que yo no recomiendo, las novedades en materia de reglas publicadas unos días antes del torneo no fueron aplicadas. En esta ocasión la perjudicada ha sido la regla beta Disciplina de Bólter, que tiene intención de mejorar una de las armas más icónicas a la par que denostadas de Warhammer 40.000. La organización decidió que no se aplicara en las partidas del torneo a raíz de la queja y rechazo de varios jugadores y en contra de la opinión de otros, entre los que me cuento, que creen que siempre merece la pena probar las publicaciones oficiales aún cuando se trate de reglas beta.
Mi ejército: Marines Espaciales y Caballeros Mechanicus
Destacamento de Batallón – Ultramarines
– Capitán Gravis
– Teniente Primaris
– Bibliotecario Exterminador
– 2 unidades Intercessor
– Exploradores
– Aggressors
– 2 unidades Inceptor
– Hellblasters
Destacamento Superpesado Auxiliar – Casa Krast
– Castellano (El Enterrador)
La estrategia general era usar a los marines para cumplir objetivos y dejar al Enterrador la tarea de lidiar con las amenazas más pesadas, ya que en el Castellano representaba por sí solo alrededor del 85% de mi capacidad anticarro. Los Inceptors y su capacidad para descender sobre el campo de batalla podrían eliminar enemigos ocultos o que capturaran objetivos, mientras que de los Aggressors no esperaba mucho más allá de desviar el fuego enemigo de mis unidades de Tropas.
Mi Señor de la Guerra sería el Capitán en armadura Gravis (tengo aversión a nombrar Señor de la Guerra a una personaje menor) y su selección de rasgo y reliquia fueron Adepto del Codex y el Aura Sagrada respectivamente. El rasgo me sería muy útil para recuperar puntos de mando pues dada la aleatoriedad de las armas de un Castellano sabía que haría mucho uso de la Repetición de Mando.
En un principio utilicé a la Casa Krast con intención de conceder al Enterrador el rasgo Primer Caballero, con el que esperaba mejorar su capacidad de daño y minimizar el riesgo de sobrecalentamiento del diezmador de plasma. Si bien fue inevitable reemplazar dicha arma con la Ira de Cawl, a la hora de la verdad me faltó confianza y el rasgo elegido fue Baluarte Iónico en las tres partidas.
Partida 1
Estrechar la Búsqueda (Narrow Search)
Para esta misión me enfrenté a un ejército de Vigías de la Muerte (Deathwatch), marines espaciales con municiones y armas letales, dos Razorbacks armados con cañones láser y un Repulsor. La mesa que me tocó jugar tenía un montículo justo en el centro, donde ha de situarse el único objetivo, y desde el principio decidí que mi estrategia se reduciría a mantener mis unidades de Tropas fuera de la línea de visión tras dicho montículo, a la distancia máxima que me pudiera permitir para capturar el objetivo mientras los Inceptors, los Aggressors y el propio Castellano se dedicaban a eliminar amenazas.
Firmemente plantado en el límite exterior del campo de anulación, el Enterrador tuvo un inicio soberbio acabando en el primer turno con el Repulsor enemigo con la primera andanada de su lanza volcán. Su diezmador de plasma fue víctima de su naturaleza errática y no logró causar grandes bajas en los primeros turnos, pero el fuego de los Razorback no logró hacer mella en su capacidad y el oponente pronto desistió en seguir enfrentándose a él, prefiriendo desviar su atención hacia mis unidades de Tropa que turno a turno iban copando la zona de búsqueda del objetivo. Una vez caído el Repulsor, los siguientes objetivos fueron sus unidades de Hellblasters de los que temía pudieran arrasar a mis marines.
En el segundo turno dos de sus unidades y el Maestre Vigía se teleportaron justo detrás de mis líneas, pero en lugar de centrarse en mi Caballero como me había temido en un principio, sus cañones de fragmentación e incineradores de plasma apuntaron a mi capitán en armadura Gravis. Si bien ni siquiera el Aura Sagrada pudo resistir tal avalancha, sí aguantó lo suficiente para que fuera necesaria toda la potencia de fuego de ese ataque sorpresa para eliminarlo. Ello daba a mi oponente el punto de victoria por acabar con el Señor de la Guerra, pero también dejaba a sus unidades aisladas junto a todo mi ejército relativamente intacto. Mientras el Castellano seguía manteniendo a raya al grueso de su ejército y los Aggressors avanzaban a la carrera contra sus filas, mi bibliotecario, mi teniente, mis Hellblasters y los recién llegados Inceptors aniquilaron a sus unidades teleportadas. Pude mantener la lucha en todos los frentes, al enemigo alejado del objetivo y a mis Tropas ocultas capturándolo, lo que me permitió hacerme con la victoria.
Partida 2
Señales Disruptivas (Disruptive Signals)
Esta vez tuve que enfrentarme a un ejército aeldari del mundo-astronave Ulthwé con una enorme unidad de Segadores Siniestros, un Caballero Espectral, un transporte Serpent y numerosos videntes y brujos tanto en moto a reacción como a pie. Esta misión es muy similar al estándar de Vórtice de Guerra, pero incluye una estratagema adicional que permite retrasar la capacidad enemiga de cumplir sus objetivos activos. Aquí fui víctima de mi inexperiencia jugando contra Aeldari, pues sólo me he enfrentado a ellos unas tres veces en la 8ª edición y esta era la primera en que me enfrenté a su codex.
La partida empezó de modo insuperable cuando pude llevar la iniciativa y El Enterrador no dudó en dirigir todas sus armas contra el Caballero Espectral enemigo, haciéndole correr la misma suerte que al Repulsor de la batalla anterior desintegrándolo de modo espectacular, pero el resto de sus unidades estaban muy alejadas para que mis marines pudieran contribuir en modo alguno. La contraofensiva aeldari llegó en forma de los Segadores Siniestros quienes, actuando múltiples veces gracias a un psíquico Ynnari, barrieron completamente mi flanco izquierdo reduciendo mis unidades de Hellblasters y Aggressors por debajo de la mitad de sus efectivos. Las veloces motos a reacción cumplieron eficazmente su papel de capturar objetivos por todo el campo de batalla, mientras que el Enterrador era el único miembro de mi ejército que podía avanzar sin temor a ser eliminado.
En mi segundo turno dirigí su potencia de fuego contra los Segadores Siniestros excepto la lanza volcán que apuntó a su Serpent. Haciendo caso omiso de todas las defensas psíquicas que sus videntes habían manifestado sobre ellos, las andanadas de cañones rompeasedios y la Ira de Cawl redujeron drásticamente el número de seguidores de la senda del Segador, pero la lanza volcán no logró causar daños importantes al tanque gravítico que se deslizó por mi flanco hacia lo que quedaba de los Hellblasters, los Aggressors y el capitán. Los psíquicos y sus escoltas en moto causaron estragos con sus poderes psíquicos y sus armas shuriken, acabando con mis exploradores, una de las unidades Intercessor y rematando supervivientes por todo el campo de batalla. Mi otra unidad de Intercessors y mi bibliotecario permanecieron en una ruina en mi zona de despliegue, pues vista la suerte que corrían mis tropas más pesadas preferí que mantuvieran un objetivo situado allí. Pudieron rechazar a una unidad de guardianes de asalto que salió de la telaraña para intentar arrebatarme el control de ese objetivo, y luego pudieron acabar con el Serpent y uno de los videntes después de que éstos terminaran de aniquilar mi flanco izquierdo, pero a pesar de ello sus otras tropas habían ido cumpliendo objetivos mucho más rápido que yo gracias a su velocidad y a algunas tiradas y decisiones desafortunadas por mi parte.
Entre las acciones a destacar creo que tres merecen mención especial. En la primera, mi ignorancia acerca de las estratagemas aeldari me hizo caer de lleno en una trampa cuando desplegué a una de mis unidades Ineptor cerca de sus Segadores con intención de acribillarlos, pero ellos actuaron antes que yo y arrasaron a la unidad en un sacrificio costoso y cuya única utilidad fue hacerme consciente de mi error. En la segunda, los personajes aeldari demostraron ser tremendamente escurridizos aún cuando ya no tuvieron escoltas tras los que esconderse, pues sus salvaciones invulnerables les libraron incluso de los intentos del Enterrador de ejecutarles. La tercera es tan solo la más sobresaliente de una serie de malas decisiones similares, por la que ignoré a una unidad de Vengadores Implacables que estaban capturando un objetivo por centrarme en eliminar a los últimos Segadores Siniestros, lo cual permitió a mi oponente seguir sumando puntos.
Todo unido me hizo perder la batalla por una considerable diferencia.
Partida 3
Información Vital (Vital Intelligence)
Mi oponente de la batalla lideraba un ejército de marines espaciales Ángeles Sangrientos con un Predator armado con cañones láser, una Stormraven igualmente artillada contra vehículos, un Repulsor y varias unidades con retrorreactor incluyendo dos capitanes con martillo de trueno y escudo de tormenta. Información Vital es una misión en la que hay que mantener el control sobre el mayor número de objetivos posible de forma constante, o negárselo al enemigo. En esta partida llegué a caer en errores en los que ya había caído en otras partidas anteriores, cosa que achaco al mero agotamiento.
Las decisiones fatales empezaron en el primer turno, cuando El Enterrador avanzó más de lo que necesitaba por poner a tiro a su Predator. Si bien logró acabar con el tanque, no pudo causar daños al Repulsor y quedó al alcance de la carga del su capitán, quien con la ayuda de la Stormraven y un buen número de estratagemas pudo derribar al Castellano. Con su pérdida, mis opciones de detener al Repulsor o a la Stormraven se redujeron prácticamente a la nulidad y mi oponente pudo ejercer un férreo control sobre el campo de batalla. Mis marines espaciales pudieron hacers fuertes y resistir en mi flanco izquierdo, donde mis Hellblasters, Intercessors e Inceptors pudieron incluso alcanzar su zona de despliegue y desalojar a su Ángeles Sangrientos del objetivo que ocupaban allí, pero en el resto de la mesa sus unidades de asalto dieron buena cuenta de mis tropas con apoyo de la constante lluvia de proyectiles de sus vehículos.
Mis pocas ocasiones de arrebatarle objetivos se dieron una y otra vez con la mala suerte, llegando a ser incapaz de acabar con su unidad de la Compañía de la Muerte tras dos rondas de disparo de mis Inceptors armados con exterminadores de plasma y su posterior asalto. Del mismo modo, mi bibliotecario fue reducido por tres Intercessors a los que intentó expulsar del objetivo central con sus poderes psíquicos y su carga al cuerpo a cuerpo. Así, la batalla acabó en una nueva y significativa derrota.
No obstante, aunque la suerte hubiera estado de mi parte, mi primer desliz con El Enterrador y su pérdida supuso un golpe del que no pude recuperarme. Irónicamente, mi peor error no fue ponerle a distancia de carga del capitán, sino usar una estratagema para acabar con él de un pisotón, lo que permitió a mi oponente usar a su vez una estratagema que permitía al personaje fallecido atacar una última vez. De haberme conformado con un daño menor y luego haber activado el Resurgir del Espíritu Máquina para apartarlo del combate y disparar, quién sabe si los daños que hubiera causado podrían haber inclinado la balanza del resto de la partida.
Conclusiones
Ya he mencionado anteriormente las virtudes de los torneos de Warhammer 40.000 organizados en Córdoba por el personal de Estalia y Kike, a ese respecto poco hay que añadir salvo un agradecimiento personal a ellos y a los patrocinadores por el esfuerzo realizado y a los participantes por fomentar un estupendo ambiente de juego.
Las misiones de Chapter Approved 2018 me parecen todo un acierto y una verdadera mina para éste y futuros eventos. Hay quien dice que los Caballeros se han vuelto una opción inviable a raíz de los cambios que éstas han introducido; yo no estoy de acuerdo en absoluto y a decir verdad creo que mi lanza de Desarraigados habría hecho mejor papel en este torneo, pero quería saborear bien todas las oportunidades y llevar más clases de unidades fue la mejor opción para ello.
Sirva esta experiencia para que otros Caballeros puedan llegar más allá.